Ya el Centzontli Diputado se Convirtio en Tecolote

              3w ■
VA EL CENTZONTLI BitUTALO
SE CONVIRTIÓ EN  TECOLOTE.
a. *
i\J\lkn habia de creer que un Centzontli, animalico manso y pusilánime, que alguna vez trinó con melodía, de ía noche á la mañana se nos habia de volver ave
de mal agüero, tecolote funesto, que pronosticara la muerte de los indios, ó.fiero
cocodrilo,  ¿)ue  llorara por no   tener vidas que devorar?
Pues asi fue: el Centzontli del 29 del pas3do eoero solo respira sangre, odiosidad y muerte, El. murmura alca y desvergonzadamínre del Supremo Poder Ejecutivo, tratándolo como á uis pilguanejo, esmerándose en zaherir al Sr« Michelenai 't y
porque* ? por que tuvo la noviüsima resolución de perorar ante el Sob, Congreso en
favor de la vida del teniente coronel Stavolli, á quien se habia senecociado á muerte el dia   anterior por el  mismo Poder  Ejecutivo.
Mucho enojo manifiesta el Sr. Bustamante porque se le perdonó la vida á
Stavolli, y muestra que le pesó mucho la condescendencia del Congreso á la suplica del Poder Ejecutivo. No parece sino que este buen h^mbr^ en el delirio de un
Nerón ó Calígula, solo se quería alimentar coói' s'abgrc de"esíe estrangero. El
pronostica á la Nación su ultima - ruina y su sangrienta disolución al Congreso por
este hecho que lo señala la política, lo recomiendan las circunstancias y lo alaba
la humanidad.
iBuen Dios! csclamaron todos los sensatos al leer el desaforado Centzontli: estas pro-
Sudones sanguinarias son hijas de aqusl Bustamante perseguido y preso por los español'.»?
¿Est* hombre sediento de sangre es aquel que estampaba ragos de humanidad y filantropía
acia sus semejantes? Este que hoy se burla de la grandeza de alma de Stavolii, porque c?nó
y canto boleras la noche víspera de su creida decapitación ¿rs el que en ¿u cuadro
histórico nos recomienda tomo accione» heroicas las barbaridades y teqjíddadás de
los primeros insurgentes? y en fin, este diputado que tan '"..'I020 suMe rmnifastarse
del respeto debido á las auror¡d¿dj^ «es, el que ahora constituido en oráculo,
tnotu propio, sindica y ultraja á las primeras de la Nación por un hecho que
en   todas   la<   rdades  le hajá Michelena,  al    Sob, Congelo    y  ¿   toda
la  Nación   Amukana,  iocap? desmentir su   carácter suave   y   bondadoso? ¡Bu.
en Dios; ur?, dos.y^res ve$fc f¿¡sonto se^ha' podjd» trastornar la cab z* de este
ciudadano Diputado?^ Por qué erfmu^ció ritmo uo camaleón y no manifestó nio;
gun   enfado  cuando   Iturbide.   I ia   vida:A, los  españoles    pfrjuros   y    coi.s-,
piradores en Tojuca, Juchi y &?pc1|taft$i? ¿Porq>t embotó su pluma y sofocó su
elocuencia declamatoria en tiempo-*el s^$entis^|p'ÍUber, que se indultó, siendo
criminalisimo y eterno asesiro ' 4g_. lo« criollos-, x ahora., 'se cnsangritnt* y enrabia
porque se  le  perdona   la   vida $  Stavolli,  pe £*us4 que, sabemos, sin  hacer   en
trar en cuenca de sus penas el aborto» de su-ftebre a^get? ¿No ha dicho este Sr.
diputado   mil   veces que al a Agido n deSe añadk aflecion? Pues como es que
se le olvida e^ta máxima mpra|v|f en vez de compadecer su desgracia, su deshonor, su falta de empleo, su destiáro, las lagrimas de su esposa, y la inmatura muerte 'de su íiijo, aun lo insulta con su feronca y sangrientísimo papel? ¡Ah...! yo
00 quiero ni insiouar cuales pudieron ser las causas. El ,Sr." Bustamante {as j,^ y
el odio cenque todos" los juiciosos han recibido su papel, le ssfa gran torcedor á
su amor propio, .   .
Este Señor Diputado d?bia acordarse que en los movimientos populares" y
delitos de h  muititud, no prut-bao bien los remedios irticantes, sino los   calmantes.
V*
rf
,/
.r*
/
t
."
w