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PR0HUIC1AD0 POR EL ESCMO, 8R, 2=S=> III Mía J&l&MiaU&ifi PRESIDENTE INTERINO DE LA REPÚBLICA, Un fft tkntttn k h$ $i$ioM$ ovbinatwz 5 i$tvttot¡>watia$i d Ha 31 u f^kUwün k 1844. Señores diputados y senadores.—Cumpliendo con los preceptos de la ley fundamental, termináis hoy las sesiones ordinarias y estraordinarias del primer año de vuestra elevada misión, año tempestuoso en que habéis merecido bien de la patria, ya sea ejercitando una prudencia y una circunspección indispensables para que el sistema recientemente plantado echase vigorosas raices, ya combatiendo palmo á palmo las tendencias de la arbitrariedad para ilusoriar Jas leyes juradas; ya en fin, arrostrando todos los inconvenientes y peligros de que os rodeó una administración ciega, que arrojando la máscara se atrevió á sobreponerse á las Bases, proclamando la mas nefanda tiranía. A esa constancia, á ese valor civil de que hay pocos ejemplos, debe la república el renacimiento de sus esperanzas. Ella ha correspondido á vuestro noble ejemplo, y desde sus mas lejanos confines, ha lanzado el grito salvador de libertad en la ley. Mi corazón no me engañaba cuando al prestar hace pocos dias ante vosotros el sincero juramento á las Bases, como primer magistrado interino de la nación, me hacia presagiar que muy en breve tendría el placer de anunciaros no haber en la vasta estension del territorio nacional una sola autoridad, un solo parlido.que no reconociese el orden de cosas legal, restablecido con vosotros y por vosotros el memorable 6 del que espira. Tengo, pues, esta inefable satisfacción; hoy todo mexicano que se envanece con este glorioso nombre, reconoce el imperio de las leyes, y bendice á los que las han salvado, estando resueltos á toda clase de sacrificios por asegurar el bien que ya posee, las leyes protectoras de sus derechos, las garantías individuales, cuyo goce es la primera necesidad de las sociedades. Mi satisfacción seria completa, señores, si á este anuncio acompañase el de la sumisión de unos cuantos miles de nuestros compatriotas que rodean al general D. Antonio López de Santa-Anna, y que complicados por él en un laberinto de falsas y mentidas teorías políticas y de engaños, no han comprendido el movimiento patriótico y salvador de toda la nación. Señores: como general, como magistrado, y como me. xicano, no me resuelvo aún á calificarlos de criminales. Acaso su vista debilitada por las fuertes impresiones del despotismo que hábilmente los ha constituido sus instrumentos, no han podido percibir el luminoso fanal que ya alumbra y sirve de guia á toda la nación. Esperemos todavía; libertemos algunas víctimas. Mas el primer tiro de cañón dirigido contra esta ciudad ó cualquiera otra población, en que se defienda el orden legal sea el anatema de su condenación, y haga caer sobre sus cabezas la sangre que viertan, y sobre su memoria la maldición nacional. Entre tanto, señores, os debo mi mas sincera acción de gracias por la pronta y acertada cooperación que habéis prestado al ejecutivo desde la memorable reorganización de nuestra sociedad en todas las medidas que demandaba la salvación de la capital y el complicado estado de lo« negocios públicos. Si en el primer año no habéis hecho lo que ardientemente deseabais, lo que en bien de Ja comunidad ecsigia el desarrollo de las Bases Orgánicas, no es vuestra la culpa, sino de los que por miras siniestras y liberticidas se oponian á toda mejora, á todo arreglo y economía. La república Jo sabe bien, y yo cumplo un deber en anunciarlo.—Mañana comenzáis el primer periodo del segundo año de sesiones. Ellas serán laboriosas, como las que terminan hoy; pero sus frutos serán mas sazonados. En el año que fenece, solo encontrabais obstáculos, contrariedades y misterios. En adelante, el camino constitucional está libre, vuestra noble misión acatada, y el ejecutivo pronto á secundar vuestros trabajos. Desaparecieron las miras personales; un sentimiento universal ha reemplazado las incertidumbres y las desconfianzas. La ley estrictamente observada, la unión mas sincera, y el bien de la comunidad, serán el norte de vuestras deliberaciones, y el único objeto á que se dirija la parte administrativa que se me ha confiado. Estad seguros de esto, señores, así como de las bendiciones de los pueblos que todo lo esperan de sus fieles representantes.—Dije. MÉXICO.—IMPRENTA DE IGNACIO CUMPLIDO, CALLE DE LOS REBELDES NTTM. 2.—1845.
Object Description
Title | Discurso pronunciado por el escmo. Sr. D. Jose Joaquin de Herrera, presidente interino de la Republica, en la clansura de las sesiones ordinarias y estraordinarias, el dia 31 de diciembre de 1844 |
Creator | Dije |
Publisher | Imprenta de Ignacio Cumplido, calle de los rebeldes num. 2. |
Date | 1845 |
Original Format | Leaflets |
Type | Text |
File Format | image/tiff |
Extent | 1 page |
Dimensions | 34 cm. |
Identifier | SC MS 0216.234 |
Source | SC MS 0216 Mexican Pamphlets |
Language | spa |
Rights | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Collection | SC MS 0216 Mexican Pamphlets |
Capture Device | CopiBook COBALT HD |
Staff | Shaenna Ameer |
PPI | 300 |
Date Digitized | 2018-10-29 |
Description
Title | [Page 1] |
Type | Text |
File Format | image/tiff |
Identifier | SC MS 0216.234.001 |
Rights | http://rightsstatements.org/vocab/NoC-US/1.0/ |
Collection | SC MS 0216 Mexican Pamphlets |
Capture Device | CopiBook COBALT HD |
Staff | Shaenna Ameer |
PPI | 300 |
Date Digitized | 2018-10-29 |
Full Text | PR0HUIC1AD0 POR EL ESCMO, 8R, 2=S=> III Mía J&l&MiaU&ifi PRESIDENTE INTERINO DE LA REPÚBLICA, Un fft tkntttn k h$ $i$ioM$ ovbinatwz 5 i$tvttot¡>watia$i d Ha 31 u f^kUwün k 1844. Señores diputados y senadores.—Cumpliendo con los preceptos de la ley fundamental, termináis hoy las sesiones ordinarias y estraordinarias del primer año de vuestra elevada misión, año tempestuoso en que habéis merecido bien de la patria, ya sea ejercitando una prudencia y una circunspección indispensables para que el sistema recientemente plantado echase vigorosas raices, ya combatiendo palmo á palmo las tendencias de la arbitrariedad para ilusoriar Jas leyes juradas; ya en fin, arrostrando todos los inconvenientes y peligros de que os rodeó una administración ciega, que arrojando la máscara se atrevió á sobreponerse á las Bases, proclamando la mas nefanda tiranía. A esa constancia, á ese valor civil de que hay pocos ejemplos, debe la república el renacimiento de sus esperanzas. Ella ha correspondido á vuestro noble ejemplo, y desde sus mas lejanos confines, ha lanzado el grito salvador de libertad en la ley. Mi corazón no me engañaba cuando al prestar hace pocos dias ante vosotros el sincero juramento á las Bases, como primer magistrado interino de la nación, me hacia presagiar que muy en breve tendría el placer de anunciaros no haber en la vasta estension del territorio nacional una sola autoridad, un solo parlido.que no reconociese el orden de cosas legal, restablecido con vosotros y por vosotros el memorable 6 del que espira. Tengo, pues, esta inefable satisfacción; hoy todo mexicano que se envanece con este glorioso nombre, reconoce el imperio de las leyes, y bendice á los que las han salvado, estando resueltos á toda clase de sacrificios por asegurar el bien que ya posee, las leyes protectoras de sus derechos, las garantías individuales, cuyo goce es la primera necesidad de las sociedades. Mi satisfacción seria completa, señores, si á este anuncio acompañase el de la sumisión de unos cuantos miles de nuestros compatriotas que rodean al general D. Antonio López de Santa-Anna, y que complicados por él en un laberinto de falsas y mentidas teorías políticas y de engaños, no han comprendido el movimiento patriótico y salvador de toda la nación. Señores: como general, como magistrado, y como me. xicano, no me resuelvo aún á calificarlos de criminales. Acaso su vista debilitada por las fuertes impresiones del despotismo que hábilmente los ha constituido sus instrumentos, no han podido percibir el luminoso fanal que ya alumbra y sirve de guia á toda la nación. Esperemos todavía; libertemos algunas víctimas. Mas el primer tiro de cañón dirigido contra esta ciudad ó cualquiera otra población, en que se defienda el orden legal sea el anatema de su condenación, y haga caer sobre sus cabezas la sangre que viertan, y sobre su memoria la maldición nacional. Entre tanto, señores, os debo mi mas sincera acción de gracias por la pronta y acertada cooperación que habéis prestado al ejecutivo desde la memorable reorganización de nuestra sociedad en todas las medidas que demandaba la salvación de la capital y el complicado estado de lo« negocios públicos. Si en el primer año no habéis hecho lo que ardientemente deseabais, lo que en bien de Ja comunidad ecsigia el desarrollo de las Bases Orgánicas, no es vuestra la culpa, sino de los que por miras siniestras y liberticidas se oponian á toda mejora, á todo arreglo y economía. La república Jo sabe bien, y yo cumplo un deber en anunciarlo.—Mañana comenzáis el primer periodo del segundo año de sesiones. Ellas serán laboriosas, como las que terminan hoy; pero sus frutos serán mas sazonados. En el año que fenece, solo encontrabais obstáculos, contrariedades y misterios. En adelante, el camino constitucional está libre, vuestra noble misión acatada, y el ejecutivo pronto á secundar vuestros trabajos. Desaparecieron las miras personales; un sentimiento universal ha reemplazado las incertidumbres y las desconfianzas. La ley estrictamente observada, la unión mas sincera, y el bien de la comunidad, serán el norte de vuestras deliberaciones, y el único objeto á que se dirija la parte administrativa que se me ha confiado. Estad seguros de esto, señores, así como de las bendiciones de los pueblos que todo lo esperan de sus fieles representantes.—Dije. MÉXICO.—IMPRENTA DE IGNACIO CUMPLIDO, CALLE DE LOS REBELDES NTTM. 2.—1845. |
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