Nuevo grito de Santa-Anna contra Guerrero y Lobato.

              DE SANTA-ANNA
OOjYTRjI GUERRERO YLORjITO.
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\Juán difícilmente se conciba el bien general en el calor de las pasiones
agitadas por el propio interés. La patria, la fortuna de las generaciones venideras, la suerte de nuestros inocentes hijos.... este es el aspecto conque
se disfraza la ciega ambición, ese móvil horrible, presagiador de las
desdichas de los pueblos.
Marcados de la manera que todo el mundo ha visto los periodos
de nuestra naciente república, las cosas tomaron un carácter tal  que
obligaron- ál rayo veracruzano  (1) á reunir un puñado de  valientes y
pronunciarse  la noche del 11 de setiembre del año próesimo  pasado-
por el plan que es notorio,   ¿^uién  dudara   que millares .de hombres
pertenecientes á las filas de los patriotas volaran á secundar  nuestro'
glorioso  grito?  empero no fue asi, como se ha dicho otra vez, y los éiuv
dadauos á quiéñeb mas habia engrandecido ol r.-. y.-, fueron los primeros  y  únicos que se conjuraron contra los  pronunciados, llevando por
todas   partes el esterminio y la muerte,  sin  perdonar medio  por vil y
degradante  que fuese: dtgalo si  no  la bizarra   acción  dada por el-general Saixta-Ánná en la hacienda del Molino el 15 de octubre del indicado ano, en la que acobardados los sitiadores por la bravura de los
denodados pintos, dispuso cierto  gefe del, 5.° de  caballería  darles una'
carga,  valiéndose ai efecto de presentarse á ellos gritando „?ñva Guerrero'"  afectando  que. iba á engrosar las filas de sus  competidores, quie-
oreyendolo de buena fe suspendieron el fuego, quedando después
sepultados por aquella mano alevosa y fratricida. Digalo el ,-iceso de
la-fortaleza de San Carlos de Perote; (2) y otra multitud de hechos
qué es preciso ■ cubrirlos con un denso velo por nuestro propio honor;
asi es que ia facción liberticida recobró nueva vida á merced de' tan
eficaz 'ayuda, y ya figuraban otra vez ert nuestra escena política los sugetos mas señalados ante la opinión general por su adhesión á la abominable raza dé Capeto, hasta que el extraordinario esfuerzo hecho por
los patriotas el 1.° de diciembre volvió las cosas á su estado natural
para oprobio y confusión de los ingratos; Mas ahora es preciso ser muy
cautos y no embriagarse con la alhagüeña idea- de las victorias alcanzadas á tanto precio. Estamos reposando tranquilos sobre el cráter de
un volcan que próesimo á estallar puede dejar undidas para siempre
las esperanzas de los buenos. Las inevitables circunstancias de que
fue seguido el acontecimiento de la Acordada  ha dado lugar á que la
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